RECUERDOS DE MI CARNAVAL

No hubo descanso alguno desde que egresé de uno de esos espacios de formación con un brillo peculiar, en donde pude frecuentar con muchos maestros de distintas expresiones artísticas, sobre todo de la música. 

Estoy hablando de EDA o escuela distrital de Artes. Aclaro antes que soy una joven barranquillera con formación en la disciplina musical y comunicacional, con gustos particulares y quien busca por medio de los mensajes positivistas cambiar su contexto, preservando el “ecosistema” cultural que me rodea.

Continuando con la emoción causada por el deber ser de esta narrativa, de un mundo del cual agradezco muchas cosas (como universo alterno), puedo asegurar por hechos que la misma palabra música así como me lo dijo el Maestro Miguel Naranjo en ‘Tambó’ “(…) es un ambiente de paz y de enseñanza…”; dado que al introducirnos a la misma, genera emocional y físicamente cambios vinculados a adoptar actitudes como responsabilidad, el compromiso, una mente despejada y la disciplina por querer dar un cambio a nuestras vidas como jóvenes.

 

Abro entonces un recorrido de las grandes oportunidades y eventos relacionados al carnaval de “Barrancas”, un pequeño terreno que terminó siendo el pórtico dorado intermediario de otras culturas en una sola nación, y como resultado de hibridación el desarrollo de una ciudad en donde sus gentes apuestan a la dignificación cultural.

 

 

Dos meses llenos de Folclor

Tenía una idea algo superficial de cómo otros municipios en el Atlántico celebraban estas fiestas, y al aventurarme en el folclor de manera constante desde hacía un tiempo, descubrí que es sabroso sentir el pueblo en festividades como esta, toman por ejemplo la ciudad industrializada, pero a pequeña escala muy natural con el goce, que, de hecho, estaba apegado hasta con las personalidades presentes.    

Resulta que, desde el pasado año he estado en el proceso de la fundación socio- cultural “Flores de Barranquilla”, un proyecto de música tradicional del caribe que busca traer las sonoridades de los aires ‘bullerengueros’. Dirigido por Lina Babilonia y con más de 10 años de historia, estando presente en la labor del grupo de mujeres mayores.

El punto de encuentro del día como siempre fue en casa de “Marlene”, a eso de las 7:00 a.m., y de allí partía el bus hacia Suan. 

Recordando que, días anteriores hubo una llamada importante, la sorpresa aguardaba. La reina del carnaval del Adulto Mayor del municipio, quería que asistiéramos como invitadas especiales, y para mi sorpresa la señora hacía parte del grupo, la idea: Mostrar el talento de la reina en compañía de estas empoderadas mujeres y se logró. 

Ese día comprendí que nuestro folclor está implícito desde unos abuelitos con trajes creativos reciclables y amigables con el medio ambiente, hasta el sancocho que almorcé emplatado en una bella y tallada totuma luego del evento.

La alegría se tomó el lugar, un recinto cerrado con entrada libre. Nos anunciaron para presentarnos ante hacedores y personas del lugar (vecinos), mayores y niños curiosos de explorar esta parte de la tradición. Interpretamos chalupa que movía las caderas de las mujeres y fandango de lenguas al son de los sombreros de los hombres. Participé como instrumentista, haciendo resonar mis maracas obsequio de mi pasado cumpleaños.

Fuimos felices de llevar consigo estos bailes cantaos que, al sonar, pone en marcha un orgullo caribe increíble, de lo percibido, me llevé a mi cajón de recuerdos de la ancestralidad que nos fue otorgada. 

Tres temas de impacto

Y si hablé de no descansar, fueron “términos y condiciones” reales, pero soy de esas personas que no para de aprender, así que decidí como quienes dicen “irme de largo” a ganar experiencia. Me causa gracia comentarlo, porque todo esto me ha traído mucha paz. Descubrí hace poco que el sonar de ‘los cueros’ y la caña e’ millo hacen que fluya entre las olas de mi cabello, así como también lo notorio de la convergencia entre mi yo reservada y mi yo expresiva, pero por el folclor claro está.

Este 02 de febrero en específico dejó huella para siempre en mí. Junto al grupo Son y Folclor, pude ser parte de una magnífica tarde/ noche en Malecón del Río, Vía 40. El grupo surge de una iniciativa artística de estudiantes EDA, de CDC o Casas Distritales de Cultura y universidades casualmente del sector prado de la ciudad. 

El Festival Tambó- Intérpretes de La Cumbia, organizado por el grupo folclórico Tambó en homenaje este ritmo representativo de nuestro país estuvo muy interesante, porque para nada era una competencia, realmente nos encontramos con un ambiente sano para compartir en familia, y múltiples grupos en el escenario abierto a la identidad de cada fundación, colegios o grupos profesionales presentado con las propuestas “nuestro otro idioma”.

Los temas en “caña” enriquecieron la noche, así como también la vista de “la luna o novia de Barranquilla”. Interpretamos “Puya flautera” de Nayib Feres y otras dos canciones emblemáticas y maestros en el arte de las ‘Décimas’, asumo que la cultura continúa extendiendo la invitación a las nuevas generaciones por medio de estas plataformas para seguir acercándonos a nuestros orígenes. 

Dadas las circunstancias que anteceden al Festi- Tambó, pude concluir que le debemos un respeto gigantesco a organizadores de eventos insignia del carnaval como este liderado por Lisandro Meza y hermanos, porque a pesar que este año dentro de su discurso de apertura mencionaron algunos inconvenientes con el presupuesto dado por distrito y alcaldía, pudieron sacar adelante cada una de las muestras musicales. La particularidad de la noche, escoger a los 3 mejores grupos para participar en su siguiente evento “Noche de Tambó” y ¡pasamos! Con este grupo tan bueno (Son y Folclor) así como también Raza y Folclor (movimiento artístico juvenil de Barrio Abajo). 

 

Congo de Oro

Febrero estuvo lleno de resultados muy buenos. Hace un par de días me enteré que “Ganamos Congo de Oro”, comentó Lina en horas de la tarde por una nota de voz por Whatsapp, refiriéndose a “Las Flores” como uno de los mejores grupos participantes en el fin de semana de Tradición.

El viernes 3 de febrero en la Plaza de La Paz Juan Pablo II, se le dio apertura al Festival de Danzas Especiales y de Relación, tributo a las comparsas de tradición participantes del Carnaval de “la Arenosa”.

“Pisó” enero y nos reunimos para un propósito. Este era concursar en la tarde de Danzas y de relación, que requirió de mucho trabajo, tardes de baile sin pausa y entrenamiento con técnica vocal. Además, debíamos reunir cierta cantidad de dinero para trajes, transportes y este tipo de cosas que ayudan a mantener a un grupo tan grande de personas dedicadas a este sueño. Se conoce actualmente de muchas fundaciones sin ánimo de lucro que, al realizar sus eventos, el dinero debe conseguirse con actividades pro-fondos, y en lo que respecta a mi persona, colaboré incansablemente, desde trasladarme y caminar grandes distancias hasta ayudar a la profesora a dirigir, entre otros aspectos. 

Las labores sociales me gustan, más aún cuando el aprendizaje se avecina y contribuyo en un proceso formativo, que reúne a varias generaciones de mujeres que rescatan el valor de la herencia. 

En esta ocasión colaboré nuevamente con La fundación “Flores de Barranquilla” con los aires del Bullerengue, haciendo presencia con un mosaico de temas del folclor bastante conocidos entre los más de 300 participantes/ agrupaciones en el encuentro.

Y todo el esfuerzo se vio reflejado en la energía del gran escenario. Aguardamos antes en la Galería de la Paz junto a otros grupos del departamento y al subirnos demostramos de qué estamos hechas las mujeres que aman el folclor.

Con un puntaje de 499,3 teniendo en cuenta el performance y calidad musical, la fundación es merecedora del reconocimiento más importante del carnaval, el tan anhelado Congo de Oro.

 

Faroles de lucero girando entre las cañas de millo

La Guacherna 2023 ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, estoy feliz por todo lo logrado.

Inicié el día de la mejor manera, asistiendo al desfile de carnaval del colegio Biffi La Salle. Me reuní con mis colegas y grupo de confianza para acompañar musicalmente el recorrido con los niños de primer grado de la institución, así como también a los cumbiamberitos del Instituto La Salle (del cual soy bachiller académico). Aproximadamente 1h sonando en los pasillos amplios del centro educativo hasta llegar finalmente a su teatrino. Muy contentos hacer la intervención con el carnavalito y comprobando que aún se quiere salvaguardar lo identitario ante otras regiones e insertar la curiosidad desde tempranas edades, de lo bella que es la fiesta más importante del país.  

¡Pronto, pronto a nuestros hogares!

Ya me preparaba entre horas del almuerzo, para estar lista. ¿Para qué?

– Pa’ la Guacherna.

 

Luego de salir horas más tarde de mi casa, llegar hasta el sitio, me causó una emoción inmensa. Ver a tanta gente reunida y convocada para un propósito hermoso.

Dieron las 6:40 de la noche cuando comenzó. Este año el homenaje estuvo dirigido al Maestro Pedro Ramayá Beltrán destacando su labor y genialidad/obra musical, además de ser por muchos años hacedor de las ‘carnestolendas’.

Temas como “Mi Flauta” y “Los Carnavales” de la autoría de Ramayá interpretados por las talentosas “Flores de Barranquilla”, fueron himno de goce en esta noche de “Faroles de luceros”. Participamos como grupo de música tradicional y mejor farol del Carnaval, llevando así, a ‘quilleros’ y foráneos (que se hacen también quilleros en esta festividad), la alegría que corre por nuestras venas.

Lo Inherente a los seres humanos es compenetrarse con el espacio que habita, la cultura es la forma de expresar, es un medio libre en el que lo vivido no pasa desapercibido y la cotidianidad se apropia de lo que somos. Es decir, somos una exposición andante del arte de la cuna en que estuvimos horas después de nacer y de la tierra que nuestros pies pisan.

 

Ay, con Son y Folclor ¡te lo voy a demostrar!

 Los homenajes no paran y no cesarán por la constitución de un todo lo que aborda este linaje musical, que sobrepasa lo veraz, lo fascinante y las consecuencias de ser caribe de corazón.

17 de febrero: Una plaza de la paz con una organización distinta. Hombres y mujeres apartados en filas ubicadas de “polo a polo” para luego coincidir en el encuentro de estos dos sobre la danza. 

Personas llenas de colores, con miradas puestas en los “sabores del porro”, el brillo de los tallados tambores, y la “cosmovisión” de la caña con ‘sombrero vueltiao’.

Momentos previos a subirnos al escenario, nos sucedió algo curioso. Resulta que fuimos el único grupo que llegó a Galería de la Paz a repasar puntos importantes de lo que íbamos a mostrar. Por ejemplo, los cortes, transiciones de una obra a otra, baile y animaciones. Cosa que, saliéramos con la mejor energía.

Nos subimos a la tarima la cual tenía una especie de magia bien interesante. Comenzamos a tocar y la gente de una vez levantó sus brazos en signo de aceptación, de jolgorio, de goce de su música autóctona. En ese momento supimos de inmediato que valen más que el oro ese tipo de experiencias. Nos reconocieron como un grupo distinto, que quiere preservar lo ancestral, pero con modalidades y pinceladas de las propuestas actuales. 

Se reconoció también el papel fundamental de la mujer dentro de la interpretación de voces e instrumentos en estas plataformas para la paz y equidad de género. Dato curioso, me hicieron una entrevista después de bajar a la plaza nuevamente, como ejemplo de las mujeres valientes de la región. Así mismo ver a mi familia apoyándome cerca de la tarima, quienes desde pequeña me inculcaron el buen camino de la música, sinónimo de calidad de vida.

Pude cruzar palabras con el homenajeado de la noche, el autor de ‘Río Sinú’, un docente que dedicó su vida a la música de banda y que hizo un himno de amor a su tierra natal, Miguel Naranjo. Y también Lisandro Meza que le acompañaba mientras me decían que se sienten orgullosos que esta nueva ola de muchachos que emergen de las artes desarrolladas están descubriendo en su cultura, un escenario del equilibrio. Un sendero sano que, aunque sigue necesitando de más visibilidad, están tranquilos en saber que hay nuevos líderes de la preservación de lo que naturalmente nos pertenece.

  

Festi- orquesta

Recibí una llamada inesperada al día siguiente aproximadamente a eso de las 10:30, apenas me estaba levantando, porque claramente luego de estar de distintos lugares casi que, al mismo tiempo, el cuerpo “pasa factura”. 

La anterior noche había sido espectacular, pero el festival de orquesta se avecina. Y por eso el director del grupo Raza y Folclor muy amablemente me dijo que, si podía conformar el grupo de cantadoras base para su muestra tradicional y, más que contenta acepté.  

Llegué a su casa al medio día para prepararme con mis otros compañeros, el vestuario, los instrumentos y el maquillaje, todo estaba listo. “Arrancamos” en buses acondicionados para los artistas que harían parte del Festival. Esta vez pudimos llegar a mayor número de personas porque se tomó la carrera 50 una vía grande y principal en la ciudad, mismo sitio donde se realiza ‘Baila la Calle’. 

Tuvimos el privilegio de ser vistos por muchos turistas que acuden al llamado de la voz a voz popular de “Quien lo vive, es quien lo goza” y por supuesto gozaron con nosotros en tarima durante la interpretación del mosaico carnavalero. Nos encontramos a muchos grupos que ya son de renombre, y cómo no estar agradecida de verle la sonrisa de tantos que al acompañarnos se lograron conectar con el mensaje de cada canción.

Lo más lindo de las múltiples experiencias es como ya he mencionado, la gratitud mía de quienes me impulsan, porque descubro día con día que, aunque requiere de mucho esfuerzo seguir o luchar dentro de este medio artístico, sin duda alguna tengo la convicción que será recompensado. No necesariamente un pago es más transversal que eso, lo que recibo a cambio es aprendizaje, reconocimiento, y aún más importante, recordar mis verdaderos orígenes. 

Y que, con estas más de mil cien palabras, dejemos por sentado la importancia de dar a conocer nuestras historias. Tengo la misión de continuarlas…

 

Por: Natalia Carolina Herrera Escobar.

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